Festividades

La relación entre las festividades y los alimentos es una evidencia histórica y social. 
 
Las culturas mediterráneas son marcadamente festivas. A cada estación del año le corresponden diferentes tareas agrícolas y producciones alimentarias estacionales, de las cuales resulta la enorme riqueza de festividades cíclicas y de las expresiones culinarias. La fiesta, como fenómeno cultural, refleja un periodo extraordinario, con suspensión del trabajo para la celebración de rituales, de manifestaciones artísticas y  de juegos, durante el cual las comunidades mantienen una intensa relación con las comidas y bebidas. Se trata de un periodo de interrupción del esfuerzo continuado «por el pan nuestro de cada día », una celebración de los valores y creencias, de las aspiraciones sociales, de evasión, convivencia y diversión.
 
Muchas festividades tienen en los ciclos agrarios y en los alimentos consumidos la expresión de aspiraciones del bien-estar colectivo, como ocurre en las fiestas florales de la primavera, la fiesta de la espiga, de los santos populares y de los  cultivos de cereales, de las vendimias y de los magostos. 
 
Las fiestas en las culturas mediterráneas se caracterizan por una intensa convivencia e intercambio y se regulan por la normativa religiosa y por la integración de iniciativas profanas. Actos simbólicos marcan los momentos de inicio y finalización de la fiesta.